Nació:
El 1 de noviembre de 1900 en Carabanchel Alto, Madrid
Murió:
El 18 de agosto de 1936 en Madrid
Ocupación:
Aviador Militar
Grado: Capitán
Lealtad:
Reino de España
Rama: Cuerpo
de Artillería del Ejército
Premios:
Medalla
Militar
Cruz de
María Cristina
Cruz laureada de San Fernando.
Ingresó
en 1915 en la Academia de Artillería de Segovia, pero vio retrasados sus
estudios un año, por no tener la edad reglamentada. Promovido a Teniente cinco
años más tarde, fue destinado al 5º Regimiento Ligero, en Valencia, donde
solamente sirvió un año, ya que en mayo de 1922 pasó voluntariamente a
Marruecos, al Regimiento Mixto de Artillería de Melilla, prestando servicio en
las posiciones de Kadia y Daar Queb Dani, participando en el ataque y conquista
de Nador de Beni Ulixech, donde su batería de montaña se situó en vanguardia,
sufriendo bajas por el fuego enemigo de ametralladora, quebrantando a los de
Abd el Krim con su duro y certero cañoneo. El Teniente Ordiales, que allí
recibía su bautismo de fuego, actuó en todo momento con la serenidad de un
veterano, adoptando las decisiones acertadas.
En 1923
fue admitido para tomar parte en los cursos de piloto de aeroplano, y tras
realizar en la escuela de Tablada el curso elemental, y el de transformación en
Cuatro Vientos, recibió el título de piloto militar en abril de 1924,
incorporándose voluntario al Grupo de Escuadrillas Expedicionarias, para
combatir en Marruecos.
Ya en
el Servicio de Aviación, y en África de nuevo, participó de lleno en la campaña
llevada a cabo por el grupo de biplanos Breguet XIV cuando ya rematada la
“campaña de desquite” y alcanzada y estabilizada la línea anterior al desastre
del 21, la guerra era únicamente mantenida por los aviadores que, en largos y
peligrosos vuelos, penetraban profundamente en el territorio enemigo,
facilitando al mando valiosa información sobre las fuerzas rifeñas y atacando
poblados, disolviendo zocos, dispersando ganados e incendiando cosechas, con el
fin de persuadir a los kabileños de la impotencia de Abd el Krim para
protegerles de los ataques españoles, apartándoles así de la influencia del
megalómano caudillo de Beni Urriaguel.
En ocasión
de los bombardeos de las kabilas de Beni Buyari y Metalza, el 11 de octubre fue
citado el Teniente Ordiales en la Orden de las Fuerzas Aéreas, “[...] por el
gran celo y espíritu demostrado al efectuar en la tarde de ayer, un bombardeo
de las trincheras enemigas frente a Dar Mizian, en el que resultó el bombardeo
herido de bala enemiga”.
Se
distinguió de nuevo el Teniente dando pruebas de su valor y concepto del
compañerismo, durante una misión de reconocimiento ofensivo sobre el Zoco el
Had de Beni Buyari, al resultar derribado por el fuego de las ametralladoras
rifeñas el Bristol Nº 24; sin dudarlo un instante, tomó tierra Ordiales junto
al avión abatido, y en unión de su bombardero, el Sargento Gutiérrez Lanzas,
defendió con la carabina los cuerpos sin vida de sus compañeros hasta la
llegada de fuerzas propias, despegando entonces y protegiendo desde el aire,
con el fuego de su ametralladora, la retirada de aquellos que transportaban los
cadáveres de los aviadores. Por esta decidida y valiente acción recibiría, el Teniente
Ordiales, la Medalla Militar.
En la
zona occidental, el Grupo Expedicionario (conocido como La Balumba) se
estacionó en el aeródromo de Sania Ramel, en Tetuán, y desde allí, durante dos
meses, participó en el gigantesco esfuerzo que hubo de desarrollar la Aviación
para abastecer, día tras día, a las numerosas posiciones asediadas y atacadas
por las fuerzas de Abd el Krim que en el zénit de su poderío militar, contaba
con siete mil askaris de Ejército regular y varias decenas de miles de harkeños
de recluta forzosa, más de cien cañones, una red telefónica de 300 kilómetros,
y numerosas fortificaciones y emplazamientos de ametralladoras antiaéreas.
Participó
de lleno, el Teniente Ordiales, en las operaciones de desembarco en Alhucemas,
de consolidación de la cabeza de playa y del avance subsiguiente, y el 1 de
octubre, víspera de su toma por los soldados españoles, sobre el abrupto y
mítico yebel Amekrán, escribiría una muy brillante página de la historia de la
Aviación Militar, haciendo gala de su heroico valor, su carácter tenaz y su
gran capacidad para soportar el sufrimiento físico y sobreponerse al
desfallecimiento atacando el objetivo, pese al duro fuego del enemigo, y estar
gravemente herido desde el comienzo del combate.
Se
abrió expediente para la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando, y fue
ascendido a Capitán por méritos de guerra, aunque renunció al ascenso, de
acuerdo con la tradición artillera, recibiendo en compensación una Cruz de
María Cristina. En julio de 1926 ascendió por antigüedad, y un año más tarde,
ya completamente restablecido de sus heridas, fue de nuevo destinado a
Marruecos, al aeródromo de Nador donde recibió el mando de una escuadrilla de
biplanos DH-Hispano.
La Laureada le fue concedida por Su Majestad el Rey el 4 de marzo de 1927, y en el Real Decreto se decía:
“El día 1 de octubre de 1925, el Teniente de Artillería al servicio de Aviación, D. Senén Ordiales y González, tomó parte en el reconocimiento practicado en el sector de Axdir (Alhucemas) por una escuadrilla de Aviación, tripulando un Bristol Nº 15, en el que iba también un sargento bombardero.
Después de practicados varios vuelos de reconocimiento, descubrió, el Teniente Ordiales, a la altura del Yebel Amekranes, un grupo de moros que transportaban un cañón y a fin de bombardearlos más eficazmente, acercó su Bristol a unos 60 o 70 metros de altura, siendo entonces herido en la cabeza por proyectil enemigo; ello no obstante, insistió el interesado en el bombardeo, y al hacer otra pasada sobre el citado grupo, recibió, el referido Oficial, un segundo balazo en la muñeca derecha y a pesar de la gran pérdida de sangre que sufría, continuó su vuelo y bombardeo, después de vendarse por sí mismo con la corbata del Sargento, hasta arrojar todas las bombas que llevaba el aparato. Después de recibir esta segunda herida, que fue calificada de grave, continuó el vuelo el Teniente Ordiales, hasta ultimar el servicio que se le había encomendado. Aterrizó entre Malmusi y la Cala del Quemado sin averías en el aparato, y éste en condiciones de prestar servicio sin la menor reparación.
Al
descender a tierra el mencionado Oficial perdió el conocimiento, y al ser
asistido inmediatamente por los médicos, éstos observaron su estado gravísimo,
debido a la gran pérdida de sangre sufrida por haber seguido el vuelo tanto
tiempo después de haber recibido las heridas”.
La
Laureada le fue impuesta por Su Majestad el Rey, en un solemne acto castrense
celebrado en el parque del Retiro, de Madrid, el 15 de mayo de 1927.
Realizó,
Senén Ordiales, el curso de observador en Los Alcázares en agosto de aquel año,
ya acabada la guerra, y de nuevo en Marruecos, recibió el mando de la
Escuadrilla de Henry Potez; dos años después fue destinado a la Escuadrilla de
Experimentación, y estando al mando de ella desempeñó una misión de estudio en
Alemania, en el Centro de Investigación y Técnica de Berlín, y en el Instituto
Hidrodinámico de Hamburgo. En 1934 fue nombrado delegado de Aviación en el
Consejo de Administración de Líneas Aeropostales Españolas (LAPE).
Al
estallar la Guerra Civil en julio de 1936, el Capitán Senén Ordiales, que se
encontraba destinado en Madrid, se negó a prestar servicio al Gobierno del
Frente Popular, siendo detenido y encarcelado en la Cárcel Modelo de donde fue
sacado en la noche del 18 de agosto, para ser asesinado en las afueras de la
capital.
Fuente:
https://dbe.rah.es