Por Nathan
Cluett
A lo
largo de la II Guerra Mundial, las historias de héroes anónimos a menudo se
pierden en la sombra de los aspectos más amplios del conflicto. Uno de esos
héroes es Alex Henshaw, un hombre que surcó los cielos no en batalla, sino en
el asiento del piloto de pruebas.
Puede
que su papel no haya implicado peleas aéreas por territorios en disputa, pero
sus contribuciones al esfuerzo bélico británico fueron igualmente
fundamentales.
Este
artículo busca arrojar luz sobre la extraordinaria vida de Henshaw como piloto
de pruebas durante la II Guerra Mundial, un capítulo de la historia de la
aviación que a menudo se pasa por alto.
Antecedentes
y la llamada de los cielos
Nacido
el 7 de noviembre de 1912 en Peterborough, Inglaterra, Alexander Adolphus
Dumfries Henshaw demostró afinidad por el vuelo desde una edad temprana.
Inspirado por las hazañas de los pilotos de la I Guerra Mundial, persiguió su
pasión y aprendió a volar a la edad de 17 años.
Antes
de convertirse en una figura fundamental como piloto de pruebas durante la II
Guerra Mundial, Alex Henshaw fue un piloto de carreras de gran éxito que hizo
importantes contribuciones al mundo de la aviación.
La
pasión de Henshaw por volar era evidente desde su juventud. Después de aprender
a volar, compró su primer avión, un De Havilland Gipsy Moth, en 1932. Posteriormente
compró un Comper Swift, un avión deportivo monoplaza que le ayudaría a hacerse
un nombre en las carreras aéreas.
Un ejemplo de la Gipsy Moth que voló Henshaw.
Su
primer logro significativo en las carreras aéreas se produjo en 1933, cuando
terminó quinto en la prestigiosa “King's Cup Race”, un evento nacional de
carreras aéreas en el Reino Unido. Durante los años siguientes, Henshaw
participaría en múltiples carreras y mítines aéreos, y a menudo terminaba entre
los mejores competidores.
Sin
embargo, fue el avión Percival Mew Gull el que solidificaría su posición en la
historia de la aviación. En 1938, Henshaw compró un Mew Gull y con él logró un
éxito notable.
Ganó la
carrera de la Copa del Rey en 1938, estableciendo un nuevo récord al completar
el recorrido a una velocidad promedio de más de 236 mph.
El
logro más significativo de Henshaw se produjo en febrero de 1939, cuando
decidió intentar batir el récord de vuelo de larga distancia desde el Reino
Unido hasta Ciudad del Cabo, Sudáfrica. El récord lo había establecido su
contemporáneo, Chubbie Miller, en 1936, pero Henshaw estaba decidido a batirlo.
Henshaw ganó la carrera aérea de la Copa del Rey en 1938 usando exactamente este Mew Gull. Crédito de la foto: Alan Wilson CC By-SA 2.0.
Después
de una serie de vuelos de práctica, Henshaw se embarcó en su viaje desde
Gravesend, Kent, el 5 de febrero de 1939.
A pesar
de enfrentar numerosos desafíos, incluidas condiciones climáticas peligrosas y
problemas mecánicos, Henshaw logró llegar a Ciudad del Cabo en un tiempo récord
de 39 horas y 23 minutos, superando el récord anterior en más de 31 horas.
No
contento con este logro, Henshaw decidió intentar también el récord del viaje
de regreso. Salió de Ciudad del Cabo el 9 de febrero de 1939 y aterrizó de
regreso en Gravesend en sólo 39 horas y 36 minutos, estableciendo otro récord.
Su tiempo
combinado para el viaje de ida y vuelta, 4 días, 10 horas y 6 minutos, se
mantuvo invicto hasta la era del jet.
El
exitoso intento de récord de Henshaw fue noticia en todo el mundo y consolidó
su estatus como uno de los principales aviadores de su tiempo. Sus habilidades,
determinación y audacia demostradas en su carrera en las carreras aéreas le
serían de gran utilidad en su próximo papel como piloto de pruebas durante la
Segunda Guerra Mundial.
Transición
al piloto de pruebas
El
estallido de la II Guerra Mundial puso fin a la carrera de Henshaw en las
carreras aéreas, pero marcó el comienzo de un nuevo capítulo como piloto de
pruebas.
En
1940, fue nombrado piloto jefe de pruebas en Castle Bromwich Airplane Factory
(CBAF), cerca de Birmingham, la principal planta de fabricación del Supermarine
Spitfire, uno de los cazas más emblemáticos de Gran Bretaña.
Spitfire Mk IIA P7350: el Spitfire en condiciones de volar más antiguo del mundo construido en Castle Bromwich Factory.
Henshaw
era responsable de probar los Spitfire recién salidos de la línea de
producción, evaluar su rendimiento e identificar cualquier defecto de
fabricación antes de enviarlos a las unidades operativas.
Su
trabajo minucioso y preciso en esta capacidad fue fundamental para garantizar
que estos aviones estuvieran aptos para el servicio y, en última instancia, desempeñaron
un papel fundamental en el esfuerzo de guerra.
El
papel crucial del piloto de pruebas
El
trabajo de Henshaw estuvo lejos de ser fácil y seguro. Probar aviones
significaba llevarlos al límite, lo que a menudo resultaba en situaciones
peligrosas. En el transcurso de la guerra, Henshaw probó más de 3.000 Spitfire
y Seafire (versión naval del Spitfire), realizando un promedio de 10 salidas
cada día.
La
intensidad de su programa de pruebas fue un testimonio de su dedicación y
resistencia.
Además,
Henshaw también tuvo que participar en “pruebas de dopaje”, un proceso que
implicaba aplicar pintura a base de celulosa al avión para endurecer e
impermeabilizar las superficies de la tela.
Se estima que Henshaw voló alrededor del 10% de todos los Spitfire jamás construidos.
El
proceso fue peligroso debido a la naturaleza altamente inflamable del material.
A pesar de los riesgos, Henshaw, siempre un hombre que predica con el ejemplo,
insistió en participar directamente.
Legado
y vida de posguerra
El
trabajo de Henshaw contribuyó significativamente a la eficiencia y seguridad de
la flota del Spitfire. Sus comentarios fueron invaluables para perfeccionar el
proceso de fabricación, lo que condujo a un mejor rendimiento del avión. Sin
duda, sus esfuerzos salvaron la vida de muchos pilotos que finalmente volaron
estos aviones a la batalla.
Después
de la guerra, Henshaw volvió a sus intereses comerciales de antes de la guerra.
Más
tarde escribió unas memorias, "Suspira por un Merlín", que detallan
sus experiencias como piloto de pruebas.
Suspiro por Merlín es un excelente relato de la época de Henshaw como piloto de pruebas.
Sin
embargo, sus contribuciones durante la guerra permanecieron relativamente
desconocidas hasta años posteriores. En reconocimiento a sus servicios, recibió
un MBE en 1943 y, en 2003, el gobierno francés lo nombró Caballero de la Legión
de Honor.
Alex
Henshaw falleció en 2007, pero su legado sigue vivo. Su inquebrantable
dedicación a su trabajo como piloto de pruebas jugó un papel crucial en los esfuerzos
de Gran Bretaña en la II Guerra Mundial. Mientras recordamos a los héroes de la
II Guerra Mundial, recordemos también a los pilotos de pruebas como Alex
Henshaw, quienes hicieron posible la victoria con su valentía y dedicación
entre bastidores.
Fuente:
https://planehistoria.com