Por Nikita Petrov
Uno de los más
legendarios aviones de la Alemania nazi fue usado en la URSS en la posguerra.
Os contamos cómo estos “trofeos” sirvieron al país de los soviets.
A finales de 1936, los
republicanos españoles consiguieron apoderarse de un Ju-52 prácticamente intacto.
En enero del año siguiente ya se encontraba cerca de Moscú, en el aeródromo del
Instituto de Investigación Científica de la Fuerza Aérea. El aparato recibió la
designación enmascarada DB-29 (o DB-29 - ZM-BMV). Debido a las fuertes nevadas,
el avión fue equipado con esquís. Después del vuelo de prueba fue necesario
reforzar los amortiguadores. Hasta el 10 de marzo el Junkers realizó cinco
vuelos.
El Capitán Stefanovski fue nombrado piloto principal, con él volaron también el ingeniero militar de 3er rango Antojin y el Capitán Datsko. Además de ellos más de diez pilotos probaron el "Junkers", entre ellos el Jefe del Instituto de Investigación Científica -Comodoro Bazhanov. El avión realizó un total de 70 vuelos con una duración total de 32 horas y 45 minutos.
Las pruebas finalizaron
en mayo. En general, el avión fue reconocido como obsoleto y sus datos de vuelo
se consideraron insuficientes para un bombardero moderno. Al mismo tiempo, se
caracterizaba por la sencillez de pilotaje.
Interior de la cabina de un Ju-52
La capacidad de defensa
del bombardero fue comprobada mediante combates aéreos tanto con cazas como con
bombarderos SB y DB-3. Todos ellos podían superar fácilmente a la lenta y poco
maniobrable máquina. El “alemán” tenía muchos ángulos de tiro desde los que
podía ser atacado.
Después de las pruebas,
el Jefe de las Fuerzas Aéreas Alksnis dio la orden “que el avión fuera
conservado como objeto de exposición para ser estudiado más a fondo por los
empleados de las plantas de producción de aviones y por los diseñadores de
dichas plantas...". El aparato fue llevado a la Planta Nº 156 de Moscú,
donde fue desmontado, medido y estudiado a fondo.
Los Ju-52 no eran una novedad en Moscú: aterrizaban regularmente en el Aeródromo Central. Los soldados del Ejército Rojo volvieron a encontrarse con máquinas militares en Polonia. Uno de ellos incluso fue desmantelado por mecánicos soviéticos antes de ser devuelto a los alemanes.
Aviones Ju-52 en un aeródromo.
Tras la anexión de las repúblicas bálticas a la Unión Soviética, dos aviones Ju 52/3m de la AGO estonia se incorporaron a la flota de la Dirección de la Flota Aérea del Báltico. Operaron durante algún tiempo en la línea Riga-Velikiye Luki-Moscú.
A finales de 1940, la
Unión Soviética encargó 10 Junkers como versión de carga.. Pero estos aparatos
no fueron entregados a la URSS. Esto se debió al hecho de que una delegación
encabezada por I. F. Petrov, después de ver en Alemania un Ju 52/3m que había
sido convertido en un laboratorio volante para pruebas de motores, solicitó que
cinco de las diez máquinas pedidas fueran entregadas en esta variante. La
empresa aceptó retocar sólo un avión con fecha límite de octubre de 1941.
Tras el comienzo de la
guerra, dos Junkers bálticos fueron evacuados a Siberia, donde se utilizaron en
la ruta aérea Moscú-Irkutsk. El 14 de julio de 1942, el jefe de la Dirección
Principal del control aéreo, V. S. Molokov, escribió una carta a Stalin
solicitando permiso para utilizar en la retaguardia los aviones alemanes
capturados. En octubre del mismo año, el primer Junkers se incorporó a la flota
de Aeroflot, y un mes más tarde se añadió otro. Sin embargo, debido a la
escasez de piezas de repuesto, sólo dos de los cuatro Ju-52 podían volar. Los
cuatro aparatos estaban bajo el control de la Dirección de Aviación Civil de
Siberia Occidental.
Pero a principios del año siguiente, la situación cambió radicalmente. Cerca de Stalingrado se apoderaron de muchos aviones de transporte alemanes. Desde las bases aéreas se enviaron allí brigadas para seleccionar y llevar a cabo las primeras reparaciones de las máquinas. En una inspección más detallada, los Junkers no resultaron tan útiles como parecían a los soldados de infantería y tanquistas que los capturaron. Los fuselajes, las alas y los motores estaban en buen estado, pero los neumáticos estaban pinchados, los motores averiados y faltaban los equipos y las emisoras de radio. Y una larga vida útil bajo la nieve no les ayudaba.
Para el 1 de abril de
1943, las Fuerzas Aéreas Rusas tenían 14 Junkers. Once de ellos estaban
concentrados en la dirección de Moscú.
Algunos de los Junkers
recibieron radios soviéticas MRK-005 (sólo donde no había radios alemanas). Los
neumáticos fueron tomados del TB-3, los esquís del Li-2. Un avión fue equipado
con un timón de cola de un IL-4.
Desde finales de la
primavera de 1943 los Ju-52 comenzaron a ser ampliamente utilizados para el
transporte en la parte europea de la URSS. Sin embargo, al principio actuaban
como una muleta con un toro. A la vista de una silueta característica inmediatamente
se abría fuego. El 29 de abril la artillería antiaérea disparó contra un avión
que volaba de Sizran a Kuibishev. No hubo bajas ni daños. El 12 de mayo un
Ju-52 que volaba de Cheliábinsk fue atacado cerca del puente de Uliánovsk. La
aeronave realizó un aterrizaje de emergencia en el aeródromo de Strigino. Los
mecánicos encontraron dos agujeros decentes en el ala derecha. Tales accidentes
no fueron aislados.
Desde el 21 de
septiembre Aeroflot reanudó los vuelos regulares en algunas líneas aéreas
usando estos aparatos. Los Ju-52 volaron en las rutas Sverdlovsk-Krasnoyarsk y
Kuibishev-Tashkent-Almati.
El 1 de junio de 1944
había ya 30 Junkers-52 en servicio y el 1 de enero de 1945, 31.
Según Ju U-52 capturados
debían ser entregados a la Aviación Civil Rusa. Pero hubo excepciones. Un
Junkers sirvió durante bastante tiempo en la unidad de ambulancias aéreas de la
Flota del Báltico. Tres dragaminas voladores fueron operados después de la
guerra en el mar Negro. Destruyeron minas magnéticas cerca de la costa de
Crimea, cerca de Odessa y en la desembocadura del Danubio.
Pero la mayor parte del
botín fue a parar a la aviación civil. Tras la rendición de Alemania, la Unión
Soviética recibió aviones, motores, diversos equipos y piezas de repuesto por
escalones. El 1 de octubre de 1945, la flota de aviones de la GVF incluía 37
Junkers. Cinco de ellos fueron traídos de Rumanía y confiscados por orden de la
Comisión de Control Aliada.
Los Junkers operaban
ahora no sólo en la dirección de Moscú. A partir de 1944, la Aviación Civil
Rusa recibió Li-2 y C-47 americanos en grandes cantidades y pudo permitirse
equipar sus unidades de retaguardia con nuevos aviones. Comenzaron a hacer
retroceder a los Ju-52 a las afueras del país. Siete aviones fueron enviados a
Turkmenistán para transportar azufre.
Dos de los aviones
llegaron a Yakutia. Dos aviones en Tayikistán prestaban servicio en una línea a
Kuliab. Allí trabajaban dos mujeres pilotos. Una de ellas, Komissarova, murió
en un accidente en 1945.
En 1947 se ordenó
utilizarlos sólo como cargueros en zonas remotas. Por ejemplo, en Siberia
Oriental los Ju-52 fueron incluidos en la 10ª unidad de transporte y empezaron
a llevar suministros a las minas.
El 1 de abril de 1948,
ya solo volaba uno de estos aviones.
Fuente: https://es.rbth.com