Por Boris
Egorov
La URSS se negó a reconocer la participación de sus aviones en un ataque a la ciudad, aunque este fuera involuntario.
La
noche del 22 de febrero de 1944, los habitantes de la neutral Suecia decidieron
que la Segunda Guerra Mundial les había alcanzado. Una aviación militar
desconocida acababa de bombardear Estocolmo y sus suburbios.
Las
bombas cayeron en diferentes partes de la capital sueca. Una de ellas destruyó
un teatro recién inaugurado, dejando tras de sí un cráter de tres metros de
profundidad. Varias personas resultaron heridas en el ataque, pero,
afortunadamente, no hubo víctimas.
Los suecos determinaron, a partir de fragmentos de proyectiles, que habían sido atacados por la aviación soviética y que, al parecer, había impactado contra Estocolmo debido a un error de navegación. En aquella época, las Fuerzas Aéreas del Ejército Rojo bombardeaban activamente el sur y el suroeste de Finlandia y sus bombarderos bien podrían haberse perdido en una oscura noche de invierno.
Sin
embargo, en respuesta a una petición sueca de aclaraciones, Moscú se negó a
reconocer la participación de sus aviones en el asalto a la ciudad, aunque
fuera involuntaria. Los diplomáticos soviéticos dijeron que bien podría haber
sido una provocación de los finlandeses o los alemanes.
Existe
la versión de que el ataque sobre Estocolmo (si lo llevó a cabo la Fuerza Aérea
del Ejército Rojo) no se debió en absoluto a un error de navegación, sino que
fue organizado a propósito por Moscú. La razón fue el caso del espía soviético
Vasili Sidorenko.
Sidorenko
fue detenido en Suecia en 1942 por actividades de espionaje y condenado a doce
años de prisión. Los dirigentes soviéticos pidieron repetidamente a los suecos
su liberación inmediata, pero se les negó invariablemente. Cuando se agotaron
los métodos diplomáticos, la URSS, según los partidarios de esta versión,
decidió actuar por la fuerza.
Coincidencia
o no, sólo tres días después del bombardeo de Estocolmo, Sidorenko fue puesto en
libertad por razones médicas y abandonó inmediatamente el país.
Fuente:
https://es.rbth.com