En el
momento en el que los estadounidenses colocaron a un hombre en la superficie
lunar, los soviéticos estaban, literalmente, sobre sus cabezas. Fue la última
misión de los comunistas en la carrera espacial de los años 60 y fue un
fracaso.
Puede
que no lo sepas, pero Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins no estaban
solos en la Luna. Su histórico viaje eclipsó el épico fracaso la Unión
Soviética. Los únicos que conocían el verdadero objetivo del proyecto Luna-15
eran quienes trabajaban en él.
¿Qué
era Luna-15?
La URSS
tenía ambiciosos planes espaciales. El programa espacial Luna contemplaba el
lanzamiento de naves espaciales interplanetarias al satélite y apareció en
1958, antes que el programa Apolo de la NASA. El primer vuelo espacial
tripulado de Yuri Gagarin en 1961 no hizo sino reforzar la creencia soviética de
que su destino era dominar el espacio. Y durante un tiempo pareció que así
sería.
En el
cuarto intento, la URSS lanzó la estación Luna 1, la primera nave espacial que
salió de la órbita de la Tierra (aunque pasó por encima de la Luna). En 1959,
Luna 3 tomó las primeras fotos del lado oscuro de la superficie lunar. Otras
misiones triunfantes incluyeron el primer alunizaje y la primera sonda que hizo
un suave aterrizaje en la superficie.
Estación Luna 1.
Como su nombre indica, Luna 15 fue la decimoquinta misión anunciada oficialmente (aunque en términos de lanzamientos reales fue la trigésimo primera). Muchas sondas ni siquiera llegaron a la órbita de la Tierra, mientras que otras ni tan siquiera llegaron a salir. En general, el Gobierno soviético prefirió callar los fracasos, sabiendo que aún quedaba mucho trabajo por hacer. Sin embargo, cuando se anunció que los astronautas estadounidenses partirían hacia la Luna a bordo del Apolo 11 el 16 de julio de 1969, la Unión Soviética decidió actuar.
Enviar
cosmonautas a la Luna estaba fuera de discusión, pero había una forma de
endulzar la amargura de haber perdido la carrera. Luna 15 era una misión
destinada a enviar un vehículo al satélite, y ser el primer en recoger el suelo
lunar y traerlo de vuelta a la Tierra. Se trataba de un objetivo secreto y el
lanzamiento fue programado deliberadamente para tres días antes de la misión de
los EEUU.
Ahora o
nunca
A los
miembros de la NASA la misión soviética parecía muy extraña. Significaba que
habría dos objetos transmitiendo señales de radio desde la Luna a la Tierra
simultáneamente. Además, no se sabía nada sobre el plan de vuelo de Luna 15. La
agencia espacial estadounidense temía que hubiera interferencias no deseadas e
incluso envió al comandante del Apolo 8, Frank Borman, a la Unión Soviética. Se
llevaba bien con los soviéticos y se convirtió en el primer astronauta
estadounidense en visitar el país. Pudo confirmar que no habría problemas.
El cosmonauta ruso, Guerman Titov (a la derecha), y el comandante del Apolo 8, Frank Borman (en el centro), el 1 de julio de 1969.
Todo
comenzó según lo planeado. La estación soviética de cinco toneladas (todo era
voluminoso entonces) se acercó a la Luna el 17 de julio, tres días antes del
Apolo 11 y entró en órbita casi lunar. Pero entonces hubo un imprevisto. Por
alguna razón la nave espacial se atascó en la órbita lunar, permitiendo que
pasara el Apolo 11. Hay varias versiones que explican lo que sucedió; desde
problemas a bordo hasta el campo gravitacional de la Luna, que todavía no se
conocía bien. Mientras tanto, los físicos soviéticos hacían cálculos de manera
desesperada para tratar de encontrar las mejores opciones de aterrizaje.
Incluso después de que el equipo de los EEUU aterrizara, los controladores soviéticos seguían luchando con los cálculos. Para cuando Armstrong dio su pequeño paso y recogió un poco de suelo lunar, Luna 15 había orbitado no menos de 52 veces. Dos horas antes del despegue del Apolo 11 de la superficie lunar, los líderes soviéticos decidieron que no había nada que perder y dieron la orden de aterrizar.
Abróchense
los cinturones
El
drama que se desarrollaba estaba siendo observado en la Tierra por científicos
británicos en el Jodrell Bank Observatory. Estaban escuchando las voces de
ambas misiones simultáneamente, con la ayuda de un radiotelescopio. En 2009,
esta grabación de audio se hizo pública en el 40 aniversario del alunizaje.
En un
momento dado se dieron cuenta de que el Luna 15 no sólo estaba allí para tomar
fotos de la superficie lunar, sino que tenía intención de aterrizar. Los
científicos exclamaron “¡Está aterrizando!”. Sus últimas palabras, algo
pintorescas, en la grabación de audio son: “Esto ha sido realmente un drama de
primer orden”.
Cuatro
minutos más tarde aterrizó el Luna 15, estrellándose contra una ladera de una
montaña. El aparato cayó a la superficie, donde presumiblemente aún yacen sus
restos. El historiador espacial Asif Siddiqi, en su libro Challenge to Apollo,
escribiría más tarde: “Había una pequeña ironía en toda la misión. Incluso si
no hubiera habido un retraso crítico de dieciocho horas en el intento de
aterrizaje y si Luna 15 hubiera aterrizado, recogido una muestra de suelo y
regresado a salvo a la Tierra, su pequeña cápsula de retorno habría aterrizado
en territorio soviético dos horas y cuatro minutos después del aterrizaje del
Apolo 11. De hecho, la carrera había terminado antes de que comenzara”.
Fuente:
https://es.rbth.com