Bundesarchiv DVM 10 Bild-23-63-25, Zerstörer "Richard Beitzen"
Parte de la Guerra de broma durante la Segunda Guerra Mundial
Fecha: 19
de febrero de 1940
Lugar: Mar
del Norte
Resultado:
Derrota operacional alemana
Beligerantes:
Alemania
Nazi
Reino
Unido
Comandantes
Alemania:
Fritz Berger
Reino
Unido: Ninguno
Unidades
militares:
Alemania:
6
destructores
2
Heinkel He 111
Reino
Unido: Ninguno
Bajas
Alemania:
578
muertos
2
destructores hundidos
1
destructor dañado
Reino
Unido: Ninguno
La
operación Wikinger (alemán: Vikingo) fue una incursión de destructores alemanes
de la 1ª Flota de Destructores de la Kriegsmarine en el Mar del Norte en
febrero de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la operación, pobre
en comunicaciones entre la Kriegsmarine y la Luftwaffe, y la inexperiencia,
resultó en la pérdida de dos barcos alemanes por culpa del fuego aliado y minas
alemanas o británicas. Ninguna fuerza Aliada estuvo implicada.
Antecedentes
En
febrero de 1940, la Kriegsmarine detectó actividades sospechosas en los barcos
pesqueros británicos alrededor del banco Dogger. Durante los vuelos de
reconocimiento de la Luftwaffe, se informó sobre la presencia de submarinos,
así que se decidió interceptar los barcos británicos con los seis destructores
de la 1ª Flota de Destructores: Friedrich Eckoldt (líder de la flota), Richard
Beitzen, Erich Koellner, Theodor Riedel, Max Schultz y Leberecht Maass,
escoltado por cazas de la Luftwaffe.
Al
mismo tiempo, el X Cuerpo Aéreo de la Luftwaffe planeó ejecutar una operación
anti-buques sobre el Mar del norte, utilizando dos escuadrones de bombarderos
Heinkel 111.
A la
Kriegsmarine se le había negado su propia fuerza aérea
("Marineflieger") y era dependiente de la Luftwaffe para el apoyo
aéreo. El intercambio de información tuvo que atravesar una larga cadena de
mando, y se vio extraviada en el camino.
La
incursión empezó a las 19:00 horas del 19 de febrero de 1940. La flota avanzó
rápidamente a través de un canal libre de minas defensivas alemanas, sin la
escolta aérea que se había solicitado. Las condiciones del mar y el clima eran
favorables, pero deseaban atravesar el campo de minas rápidamente.
La
flota fue rebasada dos veces por un bombardero alemán, el cual no estaba seguro
de cuál era el estado de los barcos. Realizó señales que no fueron reconocidas
y, como resultado, fue tomado como un avión de reconocimiento británico y fue
atacado por los barcos. Como respuesta, la tripulación del bombardero devolvió
el fuego. Ahora ambas partes estaban convencidas de la hostilidad de la otra.
El
avión alemán atacó. En el primer bombardeo, una de las tres bombas golpeó a
Leberecht Maass. Mientras que al resto de la flota se le ordenó continuar en
formación, Friedrich Eckoldt fue en ayuda del navío alcanzado. El Heinkel hizo
una segunda pasada y dos bombas más alcanzaron al Leberecht Maass, que se
partió en dos en una gran explosión. El bombardero regresó a su base.
Inmediatamente
después de las explosiones, el resto de la flota intentó rescatar a la
tripulación. Justo después de las 20:00, el Max Schultz explotó y se hundió,
probablemente al ser alcanzado por una mina marina. Lo que siguió fue
confusión. Hubo muchos informes erróneos de ataque aéreo, submarinos detectados
y torpedos; las naves se lanzaron de un lado a otro. El Theodor Riedel arrojó
cargas de profundidad sobre un supuesto submarino y las explosiones bloquearon
temporalmente su timón.
Después
de 30 minutos de acción, el comandante de la flotilla ordenó a las cuatro naves
sobrevivientes que regresaran a casa. No había supervivientes del Max Schultz y
solo 60 de Leberecht Maass. En total, 578 marineros alemanes murieron.
Secuelas
La
visión inicial del comando naval en Wilhelmshaven - Marinegruppe West - fue que
la flotilla se había topado con un campo de minas alemán. Se descartó la
presencia de submarinos enemigos. A las 23:00, el comando naval recibió un
informe del X Cuerpo Aéreo que un barco había sido atacado y destruido en el área
general de los hundimientos, al mismo tiempo. Informes posteriores parecieron
confirmar el ataque de "fuego amigo".
Ni los
destructores ni los escuadrones de la Luftwaffe habían sido informados de la
presencia del otro, aunque la información había sido transmitida a las
comandancias relevantes. Cuando los riesgos se hicieron evidentes, ya era
demasiado tarde para avisar a las tripulaciones aéreas.
La
investigación oficial alemana mostró que hubo una comunicación inadecuada entre
la Luftwaffe y la Kriegsmarine. Ninguno de los oficiales responsables fue
llamado a rendir cuentas.
Fuente:
https://es.wikipedia.org