Con independencia del tipo de combate, visual o más allá del alcance visual, hay una serie de capacidades que son esenciales e inalterables tanto para el hombre como para la máquina. En el caso del piloto son imprescindibles una alta capacidad de gestión, concentración, de reacción inmediata para detectar las amenazas en el combate. Y en cuanto a la aeronave y sus componentes, la precisión, legibilidad, funcionalidad, fiabilidad y rendimiento, han sido y seguirán siendo esenciales para garantizar la superioridad en el enfrentamiento aéreo.
Lo que
sí ha cambiado son las prioridades en cuanto a qué características y elementos
mecánicos deciden la superioridad aérea. Aproximadamente hasta la Guerra de
Vietnam, el piloto de caza necesitaba que su avión tuviera unas características
aerodinámicas y una potencia de motor cuanto más elevadas mejor para que le
permitieran ganar el combate. Porque debido a las restrictivas reglas de
enfrentamiento y los defectos en la tecnología de los radares y en los misiles
de los años 60, el combate solía acabar en un combate visual o dogfight (WVR,
Within Visual Range).
En
cambio, en la actualidad y por lo general, el combate es más allá del alcance
visual (Beyond Visual Range –BVR-), básicamente debido al tipo de armamento con
el que están equipados los aviones. Un armamento semiactivo de guía radar que el
piloto lanza a mucha distancia. La última generación de misiles (Meteor) tiene
incorporado su propio radar.
De
manera que, por regla general, la funcionalidad aerodinámica y los parámetros
del motor pasan a un segundo plano. No significa que no sean importantes, sino
que la lucha por la superioridad aérea está ahora en dar respuesta a las
demandas lógicas del combate más frecuente, el BVR. Y en consecuencia, los
avances a nivel ingeniería, construcción, e innovación tecnológica destinados a
la mejora de la aerodinámica de un avión han llegado a un periodo de
maduración. De hecho, hoy por hoy, todos los cazas se mueven en un mismo margen
de velocidades, alturas y capacidades aerodinámicas.
Un
salto significativo en capacidad aerodinámica será cuando en un futuro a medio
plazo, se consiga que un avión llegue al bloque 7, superando el bloque 5 actual
de los 50.000 pies de altura al que llega el F-16. Ya que indudablemente por la
densidad del aire cuanto más alto, mayor alcance tendrán los misiles (al tener menor
densidad, menor rozamiento y mayor aceleración).
F-16 Bloque 5 de la Fuerza Aérea Turca. Fuente: http://www.salbarmas.com/
Y por
supuesto, que las configuraciones aerodinámicas hagan de un avión indetectable
por radar, stealth como el F-22, también influye positivamente. Pero mientras
no haya nuevos avances altamente relevantes en aerodinámica, como el mencionado
a nivel altura, lo que determina el éxito en un enfrentamiento es la
superioridad en el armamento, el radar y los sistemas de inteligencia del avión
(aviónica).
– En
cuanto a armamento, es fundamental que las innovaciones vayan muy parejas con
los avances en radar. Por ejemplo, el radar APG-65 del F-18 no permite extraer
todo el potencial en alcance del misil de guía activa Meteor, BVRAAM de última
generación.
– Que
un avión pueda acelerar más rápido y tenga más maniobrabilidad, siempre son
ventajas sobre el enemigo, es indudable, pero en los combates actuales es mucho
más importante que el radar de tu avión sea mejor que el del enemigo para,
entre otras cuestiones, ser capaz de distinguir aviones a más distancia y ver
simultáneamente a todos los objetivos.
– Y
respecto a la aviónica, las nuevas tecnologías integradas a bordo convierten a
la aeronave en una plataforma óptima para una amplia variedad de misiones, desde
vigilancia, reconocimiento y ataque, a guerra electrónica e inteligencia de
señales.
Eurofighter Fuente: http://abcblogs.abc.es/tierra-mar-aire/public/post/video-asi-dispara-un-eurofighter-un-misil-iris-t-17024.asp/
Armamento
El
Sidewinder sigue siendo el misil de corto alcance más ampliamente utilizado. Y
junto con el cañón y el rendimiento aerodinámico del avión (para poder llevar
el avión hasta el límite) también siguen decidiendo la victoria en un combate
visual “convencional”.
Entre
los misiles de medio-largo alcance, el misil C-7, que incorporan la mayoría de
aviones F-16 Bloque-5, es más avanzado que el AMRAAM-B de los F-18; con lo cual
el armamento del F-18 está muy superado por el F-16 bloque-5.
El
misil Meteor que se implementará en el Eurofighter Typhoon, guiado por radar
activo con radio de acción “más allá del alcance visual” (BVRAAM), tiene un
alcance superior a los 100 km, por encima del alcance de cualquier otro misil
actualmente en servicio. Ofrecerá una capacidad de disparos múltiples contra
objetivos maniobrando a larga distancia en un entorno con fuertes contramedidas
electrónicas. Según la compañía MBDA, que lidera el proyecto, el Meteor tiene
de tres a seis veces el rendimiento cinemático de los actuales misiles
aire-aire de su categoría.
Pero de
poco sirve tener lo último en misiles si el radar no tiene el suficiente
alcance. Por ejemplo, incorporar el Meteor en el F-18 supondría una capacidad
desaprovechada a no ser que mejoren su radar APG-65, que es más antiguo y más
limitado. No así, en el Eurofighter, en el que se va a provechar al máximo el
alcance de este misil puesto que su radar, a su vez, tiene también un radio de
acción “más allá del alcance visual”. En definitiva, es fundamental que vayan
parejos las innovaciones y alcance en armamento con los del radar.
Eurofighter con Meteor. (Fuente: Eurofighter)
Radar
Acerca
de la inferioridad de alcance del radar del F-18, comentar que a este avión
también se le ha integrado el MIDS[1],
de manera que en misiones conjuntas Eurofighters y F-18s, el MIDS permite que
los F-18s pueden ver en su pantalla la información del radar de los
Eurofighters. El avance que ha supuesto la incorporación del MIDS en el F-18 es
enorme.
Está
previsto que el radar del Eurofighter sea todavía más avanzado puesto que el
pasado mes de noviembre 2014 se firmó el contrato del radar de barrido
electrónico (AESA: Active Electronically Scanned Array) más avanzado del mundo,
el Captor-E-Scan, entre la agencia internacional de la OTAN encargada de la
gestión internacional del programa (NETMA) y el consorcio europeo Eurofighter.
Su
campo de visión de 200 grados le permitirá una significativa ventaja táctica en
combate aéreo. Y su gran antena de más potencia, le proporcionará una recepción
más temprana de un blanco y una mayor protección contra los sistemas de guerra
electrónica del enemigo. En definitiva, un mayor alcance, tanto de detección
como de seguimiento, para mejorar las características operativas y los sistemas
de armas del Eurofighter.
Aviónica.
Guerra electrónica
En la
carrera por la superioridad aérea de un avión, un área fundamental es la mejora
de los aviones a nivel software, y sobre todo, cómo presentárselo al piloto. Es
impensable obtener la victoria sin la superioridad electrónica.
El
piloto tiene tanta información facilitada por el software de su avión, que su
mayor dificultad es ser capaz de gestionarla por completo y saber qué es lo
importante en cada momento. Para que la saturación de datos no le suponga en
ningún momento una sobrecarga cognitiva, es necesario realizar un salto
revolucionario en tecnología que ayude al piloto en su trabajo. Porque cuanto
más complicada sea la parte informática de un caza, peor será el combate que
realice en vuelo.
Y es
aquí donde entra en juego el trabajo de los ingenieros para facilitar la
presentación de la información mediante el procesamiento de algoritmos que
priorice qué información mostrar, en qué orden y en qué momento para facilitar
el análisis y la toma de decisiones por el piloto. De la misma manera, la
legibilidad y ergonomía de la instrumentación es un requisito cada vez de mayor
importancia.
Las
pantallas multifuncionales están reduciendo la sobrecarga cognitiva. Entre
otras cosas, presentan datos en forma gráfica y permiten realizar búsquedas en
los manuales de vuelo o de operación.
Entre
las últimas investigaciones, destacar una de la Fuerza Aérea de los EEUU
consistente en una pantalla montada en el casco que mejore la conciencia
situacional del piloto y le ayude a identificar mejor los objetivos (enemigos).
Tecnología que además pueda llegar a detectar la falta de vigilancia y una
posible hipoxia del piloto.
En el
F-18 también se está planteando implantar el “Scorpion“. Es un visor que se
coloca en el mismo casco que llevan ahora los pilotos. Va instalado sobre un
sólo ojo y lo que permite es interactuar en los modos aire-aire y aire-suelo
para tener mayor información sin necesidad de bajar la mirada a los
instrumentos. En el caso de aire-aire permite blocar otros aviones de forma
visual, y para aire-suelo permite designar objetivos que estén dentro de la
visión del piloto.
De
entre la tecnología electrónica instalada en el F-18, destacar el Litening II,
un sistema de contenedor de designación de blancos. La versión II incluye
además de mejoras de software respecto a las versiones anteriores, un FLIR
(Forward Looking infrared) de tercera generación y un designador láser, y un
pod de navegación por infrarrojos (NAVFLIR) que permite guiar bombas láser y
designar objetivos sobre tierra. En el Eurofighter aún no se ha integrado este
sistema FLIR, pero en un futuro cercano se quiere integrar la última versión
del mismo.
Sobra
decir que, dentro de la aviónica, la guerra electrónica (EW) es de vital
importancia. Además de ser parte de la protección del avión, también lo es de
sus sistemas de armas. Un factor esencial para un piloto es saber si un avión
enemigo le tiene localizado en el radar, o si ya le ha disparado un misil. En
caso de conflicto, la inteligencia electrónica le proporciona mucha seguridad y
confianza al piloto. Tanto el Eurofighter como el Rafale, de la Fuerza Aérea
francesa, han logrado disponer de un sistema de armas con una capacidad de
guerra electrónica superior a muchos otros cazas.
En
definitiva
No cabe
duda que hablar de superioridad aérea es hablar de superioridad tecnológica en
armamento, radar y sistemas de inteligencia del avión. Son los elementos que
hacen mejor a un avión hoy en día.
Pero
también hay que poner en valor la importancia de las capacidades aerodinámicas
y de maniobrabilidad en la actualidad porque se sigue utilizando como último
recurso la lucha “cuerpo a cuerpo”. Cuando un piloto ya no tiene misiles y se
tiene que meter en combate visual. Y por ello, se sigue entrenando el combate
visual en opciones de 1 contra 1, 2 contra 1, e incluso, en algunos países como
en España, el 2 contra 2. Este último, no muy habitual por el riesgo y
dificultad añadida que supone tener a 4 aviones metidos en un espacio pequeño,
conocido como “delta”.
Fuente:
https://www.hispaviacion.es
[1] El sistema de
transmisión de datos digital MIDS (Multifunctional Information Distribution
System) le proporciona el enlace de datos a la red de información estandarizada
Link 16 de la OTAN que sirve para intercambiar informaciones tácticas (como por
ejemplo trayectorias de vuelo, objetivos, posición, estatus y órdenes) entre
diferentes unidades o plataformas militares en misiones conjuntas o combinadas.