27 de abril de 2020
GRANDES COMBATES AÉREOS DE LA II GUERRA MUNDIAL - LA BATALLA DE INGLATERRA
Parte
de: Frente Occidental de la Segunda Guerra Mundial
Fecha:
10 de julio-31 de octubre de 1940
Lugar:
El canal de la Mancha y las islas británicas
Resultado:
Victoria británica
Beligerantes:
Reino
Unido
Alemania
nazi
Reino
de Italia
Comandantes:
Reino Unido:
Hugh Dowding
Keith Park
Trafford
Leigh-Mallory
Quintin Brand
Richard Saul
Alemania Nazi:
Hermann Göring
Albert Kesselring
Hugo
Sperrle
Fuerzas
en combate
Reino
Unido
754
cazas monoplaza
149
cazas biplaza
560
bombarderos
500
guardacostas
2936
pilotos/tripulación
Alemania
Nazi
1107
cazas monoplaza
357
cazas biplaza
1380
bombarderos
428
Stukas
569
aviones de reconocimiento
233
guardacostas
Bajas
Reino
Unido
1023
cazas
376
bombarderos
148
guardacostas
544
pilotos/tripulación
Alemania
Nazi
873
cazas
1014
bombarderos
27540
civiles muertos
32138
civiles heridos
La
batalla de Inglaterra es el nombre con el que se conoce al conjunto de combates
aéreos librados en cielo británico y sobre el canal de la Mancha, entre julio y
octubre de 1940, cuando Alemania buscó destruir a la Real Fuerza Aérea
británica (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para una invasión
de Gran Bretaña, la Operación León Marino.
Ni
Adolf Hitler ni la Wehrmacht creían posible conseguir una invasión anfibia con
éxito hasta que la RAF hubiera sido neutralizada. Los objetivos secundarios
eran destruir la producción de aeronaves y las infraestructuras terrestres para
obligar al gobierno británico a buscar alguna solución negociada. Los alemanes
fueron derrotados por los británicos, lo que sirvió a los Aliados para utilizar
Gran Bretaña como base para invadir Europa en 1944.
Algunos
historiadores han discutido sobre el hecho de que ningún tipo de invasión
hubiera sido posible dada la superioridad masiva de la Marina Real británica
sobre la Kriegsmarine; dicha operación probablemente hubiera sido un desastre.
Se argumenta que la Luftwaffe hubiera sido incapaz de evitar la intervención
decisiva de los cruceros y destructores de la Marina Real, incluso con
superioridad aérea.
La
batalla de Inglaterra fue la primera gran batalla enteramente disputada en el
aire. Fue la mayor y más concurrida campaña aérea habida hasta hoy y la primera
prueba de las estrategias de bombardeos que emergieron desde la I Guerra
Mundial y fue también la primera vez durante esta guerra que Alemania era
derrotada. Esta derrota supuso que, al invadir Hitler la URSS en 1941, Alemania
lucharía en una guerra con dos frentes abiertos a la vez, contradiciendo sus
ideas expuestas en Mein Kampf, en las que exponía la desventaja geográfica de
Alemania, posicionada entre las potencias democráticas occidentales (como el
Reino Unido y Francia) y el gobierno socialista de la URSS, respecto a otras
potencias y por lo tanto no debía nunca luchar una guerra sin cerrar primero un
frente antes de abrir otro.
Antecedentes
Tras
la evacuación del ejército anglo-francés en Dunkerque (26 de mayo de 1940) y la
rendición de Francia (22 de junio de 1940), Alemania tenía al continente
europeo bajo control. La única potencia que se le resistía era el Reino Unido.
Adolf
Hitler proyectó la victoria total en el teatro europeo suponiendo que, tras la
rendición de Francia, el Reino Unido no tardaría en sucumbir. Confirmada la
neutralidad de los Estados Unidos, el Reino Unido se encontraba aislada del
continente europeo. La Unión Soviética, por su parte, no estaba dispuesta a
hacer frente al poderío alemán.
Esta
visión de triunfo llevó a que durante junio de 1940 no se atacara al Reino
Unido con la Luftwaffe, en espera de su rendición. La maquinaria de guerra
alemana estaba preparada para el asalto final a las islas, pero Hitler quería
dar fin a la guerra con teatralidad magnánima y sin que se derramara una gota
de sangre, evitando también riesgos a la Kriegsmarine, que ya había combatido
duramente (y sufrido varias pérdidas) entre abril y junio de 1940 en la
invasión de Noruega.
Sin
embargo, los británicos se negaron a rendirse y utilizaron todos los recursos
del Imperio británico para continuar la guerra con Alemania, y a partir de 1941
sumaron los recursos de los Estados Unidos a su causa. El Reino Unido todavía
entonces poseía la marina de guerra más potente del mundo (condición que
cedería a los EEUU, tras finalizar la guerra en 1945) y esto ayudó sobremanera
a mantener las líneas de suministros al país desde Norteamérica y desde el
propio Reino Unido a la Unión Soviética una vez que la URSS entró en la guerra
un año después.
Es
importante recordar que desde la capitulación de Francia en junio de 1940 hasta
la invasión de la URSS por Hitler (Operación Barbarroja) en junio de 1941, el
Reino Unido permaneció solo durante un año entero como única potencia luchando
contra la Alemania nazi solo con algo de apoyo de los norteamericanos. Los Estados
Unidos no entrarían en la guerra oficialmente hasta diciembre de 1941.
El
nombre de la batalla procede de uno de los famosos discursos de Winston
Churchill, pronunciado en la Cámara de los Comunes el 18 de junio de 1940,
coincidiendo con el 125 aniversario de la batalla de Waterloo:
“Lo
que el general Weygand llamaba la batalla de Francia ha terminado. Supongo que
la batalla de Inglaterra está a punto de empezar”
Winston
Churchill
Operación
León Marino
La cancelada Operación León Marino, que sería la invasión del Reino Unido por la Alemania nazi desde la Francia ocupada.
Frente
a la férrea postura de Winston Churchill, el primer ministro británico, Hitler
se vio obligado a seguir adelante con las hostilidades, y comenzó a diseñar un
plan de invasión de las islas británicas denominado Operación León Marino.
Hermann Göring, comandante de la Luftwaffe y segundo hombre del III Reich,
estaba exultante. Su aviación solo había cosechado hasta ese momento
aplastantes victorias sin sufrir prácticamente bajas de consideración, y
prometió a Hitler acabar con la aviación británica en pocos días.
La
estrategia desarrollada se basaba en una completa aniquilación de la RAF que
permitiera a la Wehrmacht un desembarco sin contratiempos en las costas
británicas. Para ello Göring contaba con tres flotas: la Luftflotte 5, con base
en Noruega; la Luftflotte 2, en los Países Bajos y norte de Francia; y la
Luftflotte 3, establecida al oeste del Sena. Estas tres fuerzas contaban con
unos 3600 aviones, frente a los apenas 871 aparatos de la RAF.
Hitler,
confiado en la estrategia de Göring, ordenó a sus Generales prepararse para la
invasión a inicios del mes de julio. Como condición indispensable para el
éxito, los jefes del ejército y la marina exigieron que la Luftwaffe debía
atacar de modo constante e implacable durante tres días seguidos para conseguir
una superioridad aérea total en el sudeste de Inglaterra. Una vez logrado esto,
la unidad de paracaidistas de Kurt Student (la primera de la historia y la
única existente en aquellos momentos) caería sobre Dover para establecer una
gigantesca cabeza de puente y la Kriegsmarine comenzaría con el traslado de las
fuerzas terrestres por vía marítima, contando que ya no habría amenaza
británica desde el aire.
Al
inicio pareció que el plan de Göring se cumpliría, ya que los aviones alemanes
eran más numerosos que los británicos y los pilotos alemanes, a diferencia de
los británicos, tenían bastante experiencia en combate. Desde inicios de julio
de 1940 la Luftwaffe se dedicó a atacar convoyes navales británicos sobre el
canal de la Mancha, probando el estado de las defensas británicas y dando más
experiencia a los pilotos alemanes contra un enemigo de notable fuerza. Los
objetivos de las bombas alemanas en aquella primera etapa no eran las
poblaciones civiles, sino las defensas costeras del Reino Unido sobre el canal
de la Mancha, las instalaciones industriales cercanas a la ciudad de Londres,
los aeródromos militares y la red de estaciones de radar (Home Chain).
Operación
Día del Águila
Estela de condensación de aviones alemanes y británicos durante la batalla de Inglaterra.
Sin
embargo, el lado británico contaba con superioridad en el aire, no en número
sino en rapidez de acción, gracias a la utilización del radar. Desarrollado
unos años antes por el físico británico Robert Watson-Watt, y en combinación
con los puestos de observación visual apostados en la costa, el radar supuso
una notable ventaja táctica para la Real Fuerza Aérea británica, pues permitía
detectar a la aviación enemiga para así coordinar y enviar los cazas en el
momento y número preciso para combatir las incursiones alemanas.
Bases de operaciones de Alemania (Luftwaffe) y las bases áreas y radares de Reino Unido.
También,
la producción masiva del famoso caza Supermarine Spitfire llevó vientos de
esperanza a la RAF. El Spitfire poseía mayor maniobrabilidad a la del Bf109.
Ante
los ataques alemanes, los convoyes navales británicos cancelaron su navegación
por el canal de la Mancha, mientras que los pilotos británicos rechazaban,
siempre que les era posible, el duelo en el aire, debido a la superioridad
numérica alemana, y sabedores de la dificultad de éstos para mantener
prolongados combates por sus limitaciones de combustible. Ante ello, Göring,
a mediados de agosto de 1940, decidió cambiar de táctica
y combatir no sobre el canal de la Mancha, sino directamente sobre el suelo
británico. Los objetivos variaron y dejaron de concentrarse en
las industrias para pasar a dedicarse a los bombardeos en los aeródromos y en
las defensas costeras que impidieran la invasión germana, así como las redes de
carreteras.
Bombarderos alemanes Heinkel He 111 atravesando el canal de la Mancha en 1940.
Los
aviones británicos eran más fáciles de destruir si se les impactaba antes de
haber despegado. Esta táctica alemana había funcionado en Polonia, donde varios
aviones que poseía el ejército polaco del aire habían sido destruidos desde el
aire por la Luftwaffe. Sin embargo, los británicos utilizaron un sistema de
camuflaje para evitar que se percibieran los aviones desde el aire, que a veces
funcionaba y otras veces no, y también llegaron a posicionar aviones de forma
que una bomba no los pudiera destruir completamente antes de despegar al estar
protegidos, flanqueados con materiales como el cemento que resguardaban los
aparatos de los impactos de las bombas. Otra táctica británica que tuvo mucho
éxito consistía en engañar a los alemanes y crear hangares falsos para que
fueran bombardeados por la Luftwaffe mientras los verdaderos hangares que albergaban
aviones habían sido camuflados.
Un Spitfire atacando un bombardero alemán Do 17.
El
inicio de esta nueva operación, denominada por Göring “Día del Águila”, comenzó
el 15 de agosto de 1940. La Luftwaffe contaba con más de 1000 bombarderos y
unos 700 cazas para la operación y se calcula que realizaron 2119 acciones
aquel día. Tras este primer día de operaciones, cuarenta aviones alemanes
fueron derribados, pero las consecuencias del bombardeo fueron devastadoras
para la RAF.
En
la noche del 24 al 25 de agosto de 1940, durante un intento de bombardeo sobre
las terminales petrolíferas del Támesis, el East End de Londres fue bombardeado
por error a pesar de la prohibición expresa de Hitler. El hecho se producía
a pocos días del veinticinco aniversario del primer bombardeo sobre
Londres (el 8 de septiembre de 1915 varios zepelines dejaron caer sus bombas
sobre la ciudad).
El Supermarine Spitfire ganó fama en esta campaña aérea.
Hawker Hurricane. Ejemplar conservado en una exhibición en 2014.
En
respuesta al bombardeo alemán, los británicos intentaron atacar la noche
siguiente el aeropuerto de Tempelhof y la factoría de Siemens, aunque las
bombas solo causaron leves daños en barrios residenciales y las afueras de
Berlín. Continuaron sus ataques sobre otras ciudades alemanas, como Leipzig y
Hannover, y hasta las italianas Turín y Milán, pero Churchill insistió en que
el objetivo principal debía de seguir siendo Berlín.
La
fecha del bombardeo sobre Berlín coincidió con la entrevista del ministro de
Asuntos Exteriores del Reich, Joachim von Ribbentrop, en Berlín con su homólogo
soviético, Viacheslav Mólotov, para demostrar a la Unión Soviética el inminente
triunfo alemán y realizar nuevos acuerdos con el gobierno soviético. La
entrevista debió interrumpirse para que los asistentes pudieran bajar a un
refugio antiaéreo porque Berlín estaba siendo bombardeada por la RAF. Esto hizo
que Molotov no diera crédito a las palabras de Von Ribbentrop sobre la cercana
victoria final de Alemania sobre el Reino Unido. Ribbentrop había asegurado a
su huésped que “los británicos estaban en las últimas y serían derrotados”,
pero Molotov preguntó seriamente “Si ello es cierto ¿por qué estamos entonces
en este refugio y quiénes están lanzando bombas afuera?”
Punto
de inflexión
Daños
ocasionados durante el bombardeo a Londres.
Combate aéreo el 25 de septiembre de 1940.
Escuadrón
polaco 303. Con 126 aviones alemanes derribados consiguió el mejor balance de
la RAF.
Si
bien los daños en el bombardeo británico sobre Berlín fueron prácticamente
ínfimos (al menos comparados con los graves daños causados por la Luftwaffe en
suelo británico), Churchill consiguió lo que buscaba. Hitler, herido en su
orgullo, ordenó a la Luftwaffe abandonar la estrategia de bombardeos a
aeródromos británicos para concentrarse en las ciudades; principalmente sobre
Londres.
El centro de la Coventry después del bombardeo de esta ciudad el 14 de noviembre de 1940.
Fue
entonces cuando empezó el Blitz, bombardeo sostenido de la aviación alemana
sobre las ciudades británicas, que tuvo lugar entre el 7 de septiembre de 1940
y el 16 de mayo de 1941, y cuyo objetivo fue aterrorizar a la población civil.
Entre septiembre y noviembre de 1940 la ciudad de Londres fue bombardeada
diariamente por aviones alemanes, de día y de noche. También hubo ataques
contra Birmingham y Brístol, y los alemanes, en su afán de venganza,
bombardearon ciudades reconocidas por su arquitectura y cultura como Exeter y
Bath. Aunque este cambio de táctica en la guerra aérea implicaba casi la
destrucción total de Londres, Churchill estaba dispuesto a afrontar el
sacrificio a cambio de que la RAF tuviera el tiempo necesario para rearmarse.
Este objetivo se consiguió y los británicos superaron a los alemanes en
producción de aviones, si bien no poseían tantos pilotos, lo cual se estaba
convirtiendo en un grave problema.
Daños ocasionados durante el bombardeo a Londres.
Las
bajas alemanas no eran particularmente cuantiosas para la Luftwaffe, mientras
que las bajas británicas sí eran elevadas para la RAF (en visible inferioridad
numérica si se consideraban todos los aeroplanos alemanes apostados a lo largo
de la Europa ocupada), pero la sensación era que Alemania estaba perdiendo la
batalla al no lograr el objetivo reclamado por la Kriegsmarine: la destrucción
de la fuerza aérea británica como requisito para iniciar la Operación León
Marino.
Los
bombarderos alemanes Heinkel He 111 y Junkers Ju 88 encontraron cada vez más
resistencia británica, al no poder contar con la protección de los cazas
Messerschmitt Bf 109, que tenían baja autonomía de vuelo para poder cumplir sus
misiones desde los aeródromos alemanes en Francia, y la moral británica no se
resquebrajó.
Finalmente,
cansado de esperar e impresionado por las bajas (desde el 10 de julio de 1940
hasta octubre del mismo año, 1733 aviones según cifras alemanas y casi 1900
según fuentes británicas), Hitler decidió
el 17 de septiembre de 1940
cancelar la Operación León Marino y ordenó
comenzar con un nuevo tipo de incursión aérea:
el bombardeo nocturno indiscriminado aprovechando la oscuridad de la noche para
evitar lo máximo posible la lucha contra la aviación británica y sus
sistemas antiaéreos rápidamente mejorados. Los ataques aéreos continuos entre
noviembre de 1940 y febrero de 1941 alcanzaron entonces a Coventry (con la
destrucción casi total de esta pequeña ciudad), Birmingham, Liverpool,
Plymouth, Mánchester, Sheffield, Hull, y Brístol, llegando la Luftwaffe a
bombardear Belfast, en la isla de Irlanda, el 15 de abril de 1941. La ciudad de
Londres siguió siendo atacada por la Luftwaffe, con menos frecuencia, pero de
forma más potente aún. En cierto modo, aquella fue la forma inconfesa de
aceptar la victoria británica y la primera gran derrota de la Luftwaffe.
Una
fuerza expedicionaria italiana de unos cuarenta aviones llamada Corpo Aéreo
Italiano fue enviada por Benito Mussolini para que colaborase en la batalla
junto a la Luftwaffe en septiembre de 1940; los aviones italianos participaron
en varios combates, pero sufrieron graves pérdidas y no obtuvieron éxito alguno
hasta que fueron repatriados en enero de 1941. De forma similar, la RAF empezó
a recibir pilotos de casi todo el Imperio británico: hubo pilotos de Canadá,
Unión Sudafricana, Australia y Nueva Zelanda. A ello se agregaron voluntarios
llegados de países ya ocupados por tropas alemanas, creándose escuadrillas
formadas completamente por pilotos de Polonia, Checoslovaquia y de la Francia
Libre. En total, de 2936 pilotos y tripulantes de la RAF que participaron en la
batalla de Inglaterra, hubo 15 nacionalidades distintas, entre ellas 141
polacos, 87 checos, 24 belgas y 13 franceses.
El
15 de septiembre de 1940, conmemorado desde entonces como “Battle of Britain
Day”, fue el día de más concentración de ataques de las cazas de la Luftwaffe
sobre Londres. Por la mañana, unos 250 cazas británicos combatieron a unos 150
cazas alemanes, mientras que, por la tarde, unos 275 Hurricane y Spitfire
combatieron a unos 340 Messerschmitt 109. Uno de cada cinco pilotos de la RAF
volando ese día eran pilotos polacos. Ese día la Luftwaffe perdió
a más de 60 aparatos, mientras que los británicos unos 80.
Por otra parte, aunque los Messerschmitt 109 eran más
rápidos que los Hurricane y Spitfire, siempre dependiendo
de la altitud, estaban volando al límite de su capacidad
alcance efectivo.
Dos
días después, Hitler ordenó el cese definitivo de la Operación León Marino.
A
finales de mayo de 1941 cesaron los ataques en gran escala de la Luftwaffe
sobre el Reino Unido. El Gobierno británico no sólo no iba a capitular ante
Hitler, sino que por el contrario el afán de resistencia había aumentado con el
único objetivo de vencer a Alemania: la RAF mantenía su fuerza y la producción
de aviones por parte británica aumentaba. Por tanto, la Luftwaffe no había
cumplido la principal misión que le había sido encomendada. En consecuencia, la
Kriegsmarine consideró que era un elevadísimo riesgo ejecutar la Operación León
Marino ante tales circunstancias, ya que era muy inferior a la Royal Navy.
Hitler, tras atacar y vencer al Reino de Yugoslavia y al Reino de Grecia en
abril de 1941, ordenó desplegar la mayoría de cazas y bombarderos alemanes en
Europa Oriental para que la Luftwaffe apoyase ahora el ataque del ejército
contra la Unión Soviética desde el 22 de junio, en la Operación Barbarroja. Los
alemanes habían perdido la batalla, lo cual tendría importantes consecuencias,
ya que, cuatro años más tarde, los británicos y los estadounidenses utilizarían
el sudeste de Gran Bretaña como base para el Desembarco de Normandía y así
poder liberar la Europa continental occidental.
Fuente:
https://es.wikipedia.org