Por Ramiro Molina Alanes *
Si bien,
la historia aeronáutica ha conceptuado como el Primer Combate Aéreo en América
a la espectacular lid que se suscitó en los cielos del fortín Saavedra el 4 de
diciembre de 1932, donde el Capitán Rafael Pabón derribó una aeronave enemiga;
tres meses antes, el 9 de septiembre de 1932, se produjo un contacto balístico
entre aviones adversarios, que en términos estrictamente militares no fue un
combate aéreo, sino una refriega o una infructuosa persecución, porque el avión
paraguayo se dio a la fuga eludiendo el inesperado lance de honor.
Sin
embargo, pese a la abundante bibliografía especializada de ambos bandos, causa
indignación que, a través de algunas publicaciones y el mentado internet, se
esté propalando la sandez de que en esa fecha se habría producido “el primer
combate aéreo entre un obsoleto Potez 25 paraguayo contra tres Curtiss
bolivianos, donde el piloto paraguayo, Emilio Rocholl, logró derribar uno de
los Curtiss”[1].
En tal
virtud, con la premisa de develar quimeras y aclarar históricamente versiones
completamente alejadas de la verdad, que distorsionan ingenua e
irresponsablemente ese importante hecho, después de una seria, honesta y
exhaustiva investigación histórica, basada en fuentes documentales primarias y
bibliográficas de uno y otro contendiente, emergió esta esclarecedora nota.
Boquerón
Este
célebre fortín que se ha constituido en el símbolo del heroísmo y la tenacidad
del soldado boliviano, fue tomado por nuestras tropas el 31 de julio de 1932,
con la cobertura aérea de una escuadrilla de aviones[2].
Desde
entonces, la aviación boliviana realizaba frecuentes vuelos de exploración,
reconocimiento e incluso de hostigamiento a las huestes paraguayas, que en
grandes masas convergían hacia Boquerón con la resuelta intención de retomarlo.
Los
sucesos aéreos
De esta
manera, el día mismo del inicio de la gran batalla, es decir, el viernes 9 de
septiembre de 1932, tres aviones Potez 25 paraguayos fueron sorprendidos en las
inmediaciones del fortín por otros tres aparatos Vickers bolivianos.
La
sorpresa de los aviadores paraguayos fue mayúscula, puesto que inmediatamente
descendieron a ras del monte para darse a una precipitada y desordenada fuga;
en ese trance, el Mayor Jorge Jordán inició una porfiada persecución sobre el
Potez 25 Nº 6 [3],
disparándole certeras ráfagas que impactaron en la escurridiza aeronave e
incluso en el piloto. La participación de tres aviones adversarios y la herida
que recibió uno de sus pilotos, está corroborada por las propias fuentes
paraguayas que dicen:
“…Los
tres aviones ‘Potez’ en apresto en ‘Isla Taguató’ se dirigieron al frente de
operaciones en una sucesión de vuelos en cooperación con las armas terrestres.
En el cumplimiento de una de esas misiones el ‘Potez’ Nº 5 [sic] pilotado por
el Teniente 1º Emilio Rocholl y de observador – artillero el Teniente 1º Román
García, aislado de su par el Nº 6 tripulado por el Teniente 1º Trifón Benítez
Vera y Teniente 1º Carmelo Peralta, era atacado por una patrulla enemiga de
tres aviones, al mando del Mayor Jorge Jordán Mercado - Resulta herido el Teniente
1° Rocholl y la máquina con varios impactos de balas, logra aterrizar no
obstante, sin mayores ulterioridades en Isla Poí”[4].
Otro
aviador paraguayo que participó en Boquerón señala:
“ …
Eran tres los aviones paraguayos que estaban sobrevolando las proximidades de
nuestro fortín en poder del enemigo; pero, fue un Potez 25 tipo colonial, (el
Potez 6) tripulado por el ‘benjamín’ entonces de nuestras alas, el Teniente 2º
flamante P.A.M. Emilio Rocholl, a quien acompañaba como observador el de igual
jerarquía, Román García, el que recibió el ataque. El choque fue espectacular e
impresionante, dada la inmensa superioridad de la performance de la máquina de
su adversario y por ser el primer combate aéreo que se libraba, precisamente en
el primer día de la batalla, el piloto recibió una herida de consideración en
el brazo izquierdo, obligándose por ello el observador a tomar la palanca de
mando para conducir la máquina de vuelta a su base..”[5]
Por
otro lado, el comandante del célebre reducto, Teniente Coronel Manuel Marzana,
consigna:
“…vuelan
sobre el fortín tres aviones pilas; una de las Semack les hace fuego,
sensiblemente sin resultado. Vuelan muy alto y siguen en dirección a Yucra. Un
cuarto de hora después vuelan perseguidos por tres aviones nuestros. Uno de
ellos entabla combate con el enemigo; éste, perseguido, baja hasta los 300
mts.; pero, no podemos hacerle fuego por temor de tocar al nuestro; la máquina
nuestra acosa a la enemiga, que tiene que huir vertiginosamente hacia Isla Poí.
Quince minutos después los aviones bolivianos se dirigen a su base”[6]
Asimismo,
un Sargento boliviano que observó el hecho desde Boquerón, confirma que la
refriega aérea fue una acción individual:
“… (El
Potez adversario) ha sido atacado por uno de nuestros aviones que lo tiene
debajo y le va disparando sin interrupción. El aparato paraguayo va perdiendo
altura, pasa por las posiciones del reducto de Boquerón casi por encima de los
árboles. Nos parece que cayó a poca distancia; pues tomó la dirección de isla
Poí, siempre seguido por nuestro avión que después de dar una vuelta por las
posiciones bolivianas, se dirige a la base de Arce”[7]. De igual manera, la versión paraguaya está contenida en los siguientes
términos:
“... Fue
sorprendido por un avión de caza enemigo que lo persiguió con tenacidad,
siéndole a éste fácil alcanzarlo en virtud de su mayor velocidad y gran
maniobrabilidad, en considerable desproporción con nuestra máquina.
Acribillándola a balazos, a pesar de la admirable decisión con que se
defendieron los nuestros. El resultado fue que, no sabemos por qué circunstancia,
el enemigo abandonó su empeño de derribarlo, no obstante haber herido en el
antebrazo izquierdo al piloto”.[8]
Finalmente,
el protagonista principal de este suceso, Mayor Jorge Jordán Mercado, en su
diario de campaña consigna elocuentemente:
“Acuerdo
Orden de la Escuadrilla 53-32 para apoyar a la defensa de Boquerón despegaron a
Horas 7:30 Scout 7 con Mayor Jordán, el Scout 8 con Capitán Ernst y el Vespa 6
con Teniente Paravicini y Teniente García. El Vespa 6 dejó 2 bombas de 50
libras y cuatro de 25 libras; el Scout 7 tres bombas de 25 libras y el Scout 8
tres bombas de 25 libras. Avistamos en los alrededores de Boquerón 3 aviones
enemigos que no entablaron combate; el Mayor Jordán persiguió un avión enemigo
ametrallándolo hasta agotar banda de munición”.
La
falsedad del derribo
Tanto
las fuentes paraguayas como bolivianas, descartan fehacientemente el supuesto
derribo de un avión boliviano; el mismo Teniente Rocholl, en una entrevista que
le realizó el corresponsal en Asunción de “La Nación”, al margen de pavonear
que se enfrentó a tres aviones, no hizo referencia en ningún momento al derribo
que se le atribuye 80 años después; su versión fue:
“…Tras
algún tiempo vuelo llegamos por fin Boquerón. El Altímetro señalaba ochocientos
metros ese momento. A poco encontrarnos evolucionando cumplimiento nuestra
misión divisamos tres Curtiss [sic] bolivianos, cuales lanzáronse sobre
nosotros trabando combate; con Teniente García defendiámonos tesoneramente
evolucionando forma poder cubrirnos en posible. Un rato más y adversarios
volaban aproximadamente cincuenta metros nosotros. Las Ametralladoras
funcionaban intermitentemente y en eso sentí tocado brazo izquierdo por una
bala. El Teniente, nos muestra la herida, aún conserva el proyectil. Y con toda
modestia nos dice es un simple rasguño. Nuestro objetivo había terminado y
luego de luchar rato más con los tres bolivianos, emprendimos viaje nuestra
base, aunque no sin antes mirar detenidamente cómo iban desarrollándose
operaciones....” [9]
Esto lo
ratifica el propio Director General de la Aviación Paraguaya en los inicios de
la Guerra del Chaco, el Mayor Vicente Almandos Almonacid, quien en un
comunicado de fecha 12 de septiembre de 1932, señala:
“Los Tenientes
Rocholl y García se han hecho acreedores a ser condecorados con la medalla de
aviación, pues pilotando un avión de observación y bombardeo, llevando doce
bombas volaron sobre fortín Boquerón el 9 de los corrientes, siendo atacado por
tres aviones bolivianos; Rocholl recibió una herida en un brazo únicamente
después de haber dejado caer todas las bombas que llevaba ese aparato consigo y
cuando las alas y el fuselaje se encontraban perforadas por treinta tiros”[10].
Ya en esa época, la prensa boliviana ridiculizó así la versión paraguaya: “Se ha lanzado al aire, asegurando sin pizca de rubor, que, en el único combate aéreo realizado, un avión paraguayo hizo frente a tres aviones bolivianos, pero se le olvidó añadir en qué consistió ése, que en puridad de verdad en mirar a los adversarios y tomar a la primera ráfaga de ametralladoras de uno de ellos, tomó las de Villadiego, sin volver la vista hasta Asunción” [11]
* El autor es Académico de Número de la Academia Boliviana de Historia Militar. (Artículo publicado en el periódico El Diario el 23 de Octubre de 2012)
Fuente: https://www.facebook.com/Historiasdebolivia/photos/la-primera-refriega-a%C3%A9rea-en-la-guerra-del-chacopor-ramiro-molina-alanessi-bien-/1848678048686639/
[1] Los fabulistas
paraguayos parecen ignorar que los primeros Curtiss llegaron a Bolivia en enero
de 1933 y que el piloto evasor, Tte. Emilio Rocholl, fue herido en dicha
acción.
[2] Actualidad
Aeronáutica No. 123 de octubre de 2007, Pág. 22.
[3] Paradójicamente, esta
misma aeronave sería abatida por el Cap. Pabón el 4 de diciembre de 1932.
[4] Cap. P.A.M. Félix
Zárate Monges. La Aviación Paraguaya Antes y Después de la Guerra del Chaco.
Págs. 75,76
[5] My. PAM Leandro
Aponte. La Aviación Paraguaya en la Guerra del Chaco. Pág. 130, 131.
[6] La Gran Batalla,
Memorias del Gral. Marzana. Pág. 128.
[7] Antonio Arzabe Reque.
Boquerón Pág. 77, 78.
[8] Mayor Leandro Aponte.
Obra citada Pág. 197.
[9] La Nación de Buenos
Aires de 10 de septiembre de 1932
[10] El Diario, 13 de
septiembre de 1932
[11] El Diario, 16 de
septiembre de 1932