8 de abril de 2020
DISEÑADORES AUSTRIACOS DE AVIONES - IGO ETRICH
Nombre
de nacimiento: Ignaz Etrich
Nació:
El 25 de diciembre de 1879 en Ober Altstadt en las cercanías de Trutnov,
Bohemia, Imperio austrohúngaro. Hoy Horní Staré Město, República Checa)
Murió:
El 4 de febrero de 1967 a los 88 años en Salzburgo, Austria
Nacionalidad:
Imperio austrohúngaro
Partido
político:
Partido
Nacionalsocialista Obrero Alemán
Partido
Alemán de los Sudetes
Ocupación:
Aviador
Piloto
e inventor de aviones
Distinciones
Karl
Renner Prize
Medalla
Rudolf Diesel
Cruz
de Oficial de la Orden del Mérito de la República Federal de Alemania (1955)
Ignaz
"Igo" Etrich fue un pionero de la aviación austríaco, piloto e
inventor de aviones.
Biografía
Educación
Etrich
era el mayor de cinco hijos de una familia acomodada. Por ser el mayor le
pusieron el nombre de su padre y para evitar confusiones jamás lo utilizó,
siempre se llamó Igo. La familia había hecho dinero con una industria textil
(el padre tenía nueve fábricas). Cuando el yute empezó a sustituir al lino como
fibra, él fue uno de los primeros en usarlo y se hizo millonario. Las
innovaciones técnicas siempre le habían interesado y pensó que su hijo podía
dedicarse a la incipiente aviación.
Carrera
Igo
fue a Berlín y allí compró uno de los planeadores de Otto Lilienthal para
estudiarlo. Muy pronto se dio cuenta de que era muy difícil de manejar y muy
inestable. En un vuelo de prueba una corriente de aire le tiró y estuvo varios
días en el hospital. Así que estuvo pensando en el problema de la estabilidad.
Hojeando la literatura existente encontró un trabajo del profesor Ahlborn de
Hamburgo en el que hablaba del vuelo y de los movimientos de caída de las
superficies planas en el aire. Ahlborn describía minuciosamente el vuelo de la
semilla de una cucurbitácea javanesa: Alsomitra macrocarpa. Los Etrich
consiguieron semillas de esa planta e hicieron ensayos de vuelo. Vieron
entusiasmados que esa semilla tan grande como la mano, sus aletas ultrafinas,
sus extremidades curvadas como un boomerang, y su núcleo, situado exactamente
en el centro de gravedad era de una estabilidad absoluta. Se podía lanzar al
aire no importaba de qué forma que, tras un pequeño vuelo en barrena, se ponía
a planear y a perder lentamente altura.
En
1905 hicieron un ala de 10 m de envergadura y 38 m² de superficie. Todo el
aparato pesaba 164 kg y fue capaz de transportar un saco de arena de 70 kg.
Situaban el ala en una vagoneta que iba por una pendiente cuesta abajo. Al
llegar a los 47 km/h el ala de despegaba y comenzaba a planear en un vuelo
autónomo que podía llegar a los 300 m. Franz Wels, un colaborador, hizo la
experiencia decisiva: quitó el saco y se puso él. Wels despegó y aterrizó
muchas veces sin el menor problema: el aeroplano era realmente estable. Su
siguiente paso fue poner un motor de cuarenta caballos en el ala, pero se dio
cuenta de que pesaba tanto que desestabilizaba el ala. Lograr un ala estable
con un motor tan grande demostró no ser una tarea nada sencilla.
Igo
Etrich tomó una decisión drástica, aunque quizá era la única posible: quemó su
ala voladora y empezó de cero. Durante el invierno de 1909-1910 construyó un
nuevo aparato. La parte delantera era básicamente su famosa ala, pero había
añadido un fuselaje y un estabilizador, era un verdadero avión, el
estabilizador era similar al timón de cola de una paloma. Pero era de una
escala 1/10. Al ver que funcionaba muy bien, trazó con tiza en el suelo, los
bordes del aparato de verdad. Se fue a París y allí encontró un nuevo motor de
40 CV que ahora pesaba bastante menos. También compró una de las nuevas hélices
de madera del tipo que usaba Louis Blériot.
El
primer vuelo podría haber costado la vida a Etrich: el centro de gravedad
estaba demasiado atrás y el avión al despegar levantó la nariz y basculó hacia
atrás. El segundo vuelo, tras corregir el centro de gravedad, fue un éxito.
Voló perfectamente. Ya que en parte se basaba en una paloma le llamaron Taube (paloma
en alemán). El Taube fue de éxito en éxito ganado casi todos los premios a los
que se presentaba, entre ellos el premio de 200.000 coronas de oro a quien
volase ida y vuelta desde Viena a Horn.
La
clave estaba en la autoestabilidad conseguida imitando a una semilla. Una
prueba de lo estable que era la tenemos en un error: un obrero puso la mano
sobre el gas y el avión arrancó él solo, voló durante 200 km y aterrizó
finalmente en un prado. Al aterrizar picó de cabeza porque las ruedas se
metieron en un bache.
Etrich
refinó su Taube para cumplir los requerimientos del ejército, el avión tenía
que ser capaz de aterrizar en un campo recién arado.
En
1912 fundó su empresa Etrich-Fliegerwerke en Liebau (actualmente Lubawka,
Polonia) y diseñó su primer avión de pasajeros con una cabina totalmente
cerrada para los pasajeros, lo llamó Luft-Limousine.
Posteriormente
se trasladó a Alemania, en donde fundó la famosa Brandenburgischen
Fliegerwerke, llevándose con él desde Liebau su principal diseñador, Ernst
Heinkel.
Otro
diseñador de aeronaves, Rumpler, modificó ligeramente el diseño del Taube,
afirmó ser el desarrollador y se negó a pagar los honorarios de licencia a
Etrich. Después de una breve disputa en los tribunales, Etrich dejó la disputa
con la llegada de la Primera Guerra Mundial, e hizo libre el diseño de su Taube.
Después
de la Gran Guerra Etrich se fue a la recién fundada Checoslovaquia, y construyó
otro avión: su Sport-Taube. Cuentan que volaba más rápido (equipado con un solo
motor de 40 HP) que los aviones militares checos de la época. Las autoridades
afirmaron que él construía el avión para contrabando y se lo confiscaron.
Aeronaves
El
avión Etrich II está expuesto en el "Technisches Museum" de Viena,
Austria.
El
Sport-Taube se puede ver en el "Technischen Museum Prague" en Praga,
República Checa.
Fuente:
https://en.wikipedia.org