Debía
transportar hasta 860 personas a la vez por todo el mundo, pero cayó en el
olvido, debido a la crisis económica de los años 90.
En los
años 90, Rusia podría haber tenido el mayor avión de pasajeros del mundo: el
KR-860 “Alas de Rusia”.
Fue una
creación de la Oficina de Diseño de Sujói, que por aquel entonces pensaba en
producir un avión de éxito económico para el transporte aéreo civil. Según sus
estimaciones, en el siglo XXI el tráfico de pasajeros crecería entre un 9 y un
12% anual. Por ello, el mercado necesitaría aviones de dos pisos para
transportar un gran número de personas a la vez.
“Las
empresas de todo el mundo estaban trabajando en este tipo de aviones de dos
pisos. Los estadounidenses crearon la serie Boeing-747 y los europeos
desarrollaron el gigantesco Airbus A380. A finales de los años 90, Sujói siguió
las tendencias y no quiso perderse el nuevo nicho de los aviones de dos pisos
para el transporte de pasajeros”, afirma Alexéi Vlasov, experto en seguridad de
vuelo.
Cómo
iba a ser el KR-860 “Alas de Rusia”
“En los
años 90, nuestra industria de la aviación atravesaba tiempos difíciles y las
empresas necesitaban un proyecto de éxito que llevara a nuestra escuela de
aviación al siguiente nivel. Los aviones de dos pisos eran la principal
tendencia mundial en aquella época. Decidimos seguirla”, dice el experto.
Los
ingenieros querían colocar hasta 12 asientos en una fila en el piso inferior y
nueve en el superior. Cada avión de este tipo debía transportar hasta 860
personas o hasta 650 toneladas de peso en total.
La
envergadura de este “pájaro” debía ser realmente gigantesca: 88 metros. Debido
a esto, el avión requería espacio adicional en la pista y en los hangares, por
lo que los diseñadores decidieron hacer sus alas plegables y reducir su
envergadura hasta los 64 metros.
Este
avión de 80 metros de largo tendría la capacidad de volar con una velocidad de
crucero de unos 1.000 km/h y cubrir distancias de hasta 15.000 kilómetros. Todo
parecía bonito sobre el papel, pero, al final, la empresa decidió abandonar el
proyecto. ¿Por qué?
Por qué
el KR-860 cayó en el olvido
La
razón es sencilla: la crisis económica.
“Para
crear un avión de este tipo, una empresa tiene que establecer una enorme cadena
de producción: se necesita una producción separada de motores, fuselajes,
talleres separados y equipos especiales, que no existían en Rusia durante esos
años. Un proyecto así requiere miles de millones de dólares y Sujói no podía
permitírselo entonces”, señala Vlasov.
Según
él, no había forma de que la empresa aceptara producir este avión, ya que
inicialmente no recibían subvenciones del gobierno para su desarrollo a gran
escala. Por eso renunciaron al proyecto del mayor avión civil del mundo.
Desventajas
de los aviones de dos pisos
A pesar
de que Sujói no creó su propia versión de un avión de dos pisos, las empresas
extranjeras sacaron al mercado varios modelos de este tipo. Entre ellos, el
Airbus A380 y el Boeing 747.
“Se
suponía que estos aviones iban a resolver el problema del aumento espectacular
del tráfico de pasajeros en la década de 1990. Pero, en realidad, fracasaron,
porque eran económicamente insuficientes”, añade Vlasov.
Según
él, el Airbus A380 y el Boeing 747 son muy caros de mantener y tardan mucho en
prepararse para los vuelos.
“Se
necesitan dos horas y media para preparar cada uno de ellos para el despegue.
Hay que dejar salir a la gente del último vuelo, repostar el avión, facturar
líquidos, cargar nuevo equipaje y embarcar nuevos pasajeros. Todo ello lleva
mucho tiempo. En comparación, procedimientos similares para un avión de 200
pasajeros llevan 40 minutos. En pocas palabras, resultó económicamente ventajoso
fabricar aviones más pequeños”, afirma el experto.
El
destino de los aviones de dos pisos
“Ahora,
las compañías aéreas están abandonando los análogos del KR-860 (Airbus A380 y
Boeing 747). Los primeros Airbus producidos hace 20 años ya han sido reducidos
a chatarra en Europa. Los Boeing 747 se están reconvirtiendo en aviones de
transporte para el ejército”, afirma Vlasov.
En su
opinión, a Rusia no se le escapó nada y probablemente incluso se benefició de
la negativa a producir el KR-860 de dos pisos. No se gastó dinero y se mantuvo
el avance tecnológico.
“No se
gastó dinero y se elaboró la documentación técnica de los motores de los
aviones de la nueva era que luego se utilizó en la creación de los aviones
militares Sujói y los civiles SSJ-100”, concluye el experto.
Fuente:
https://www.warhistoryonline.com