Por Jakob Oréjov
Juan Lario
Luchó
contra los fascistas en España y en la Fuerza Aérea Soviética, pilotando
biplanos, cazas equipados con cohetes e incluso aviones alemanes.
Nació
en Madrid el 5 de septiembre de 1918. Se afilió a las Juventudes Comunistas y
pronto se incorporó al Partido Comunista de España. Sirvió como Sargento de
infantería desde julio de 1936 hasta mayo del 37 en la Fuerza Aérea de la
República Española y ese mismo año fue enviado, con otros 149 jóvenes, a la
Escuela de Aviación de Kirovabad, en la República Socialista Soviética de
Azerbaiyán, para realizar el curso de piloto de los cazas soviéticos más
modernos del momento, regresando a España a los 192 días.
Fue
piloto del 4º Escuadrón de Caza (a partir del 12 de enero de 1938), volando el
I-15 y derribando siete aviones del bando rebelde. El 30 de marzo de 1938, fue
ascendido al rango de Teniente.
I-15
Después
de la Guerra Civil española, acabó internado en un campo de concentración en
febrero de 1939, pero escapó en mayo y llegó, junto a otros españoles, a
Leningrado el 7 de junio de 1939. Las autoridades soviéticas dieron la
bienvenida a Lario y a varios compañeros suyos, tras lo cual fue destinado a
Járkov, donde tras un descanso consiguió trabajo como delineante (su titulación
civil) en una fábrica de maquinaria agrícola. A principios de 1941 solicitó el
traslado a Moscú, donde realizó estudios de sociología. Allí estaba cuando se
produjo la invasión alemana de junio. Tras la sorpresa inicial, los españoles
republicanos enseguida solicitaron integrarse en el Ejército Rojo, argumentando
su experiencia militar en la Guerra Civil y sus conocimientos en la lucha
contra los fascistas.
Aviones soviéticos destruidos durante la Operación Barbaroja.
Según
explica el libro El cielo de la invasión. El caluroso verano de 1941 de Mijaíl
Kudinov, Juan Lario, junto a otros dos pilotos españoles, recibió inicialmente
una misión muy concreta; confeccionar un informe sobre los veteranos españoles
de las Fuerzas Aéreas Republicanas que pudiesen encontrarse en territorio
soviético. Al cabo de quince días comenzaron a presentarse los primeros
incluidos en el informe, afincados en Moscú y otros puntos de la URSS. Se formó
así el núcleo original de los conocidos como “los Diecinueve” compuesto por 15
pilotos, un observador, un ametrallador-bombardero y 2 mecánicos. Todos ellos
iban a participar en la lucha contra los nazis.
Juan Lario
De los Urales a la defensa de Moscú.
El
grupo realizó vuelos de entrenamiento con los entonces modernos cazas Yak-1 y
Yak-7 en el aeródromo de Chékalov, cerca de Moscú. A finales de agosto los
trasladaron a la ciudad de Sverdlovsk, en plenos Montes Urales, para llevar un
novedoso y sin precedentes programa de “guerrilla aérea”, cuyo objetivo era
engañar a los alemanes usando sus propios aviones para volar sobre su
retaguardia y aeródromos sin levantar sospechas hasta el último momento, y
también cooperar con los partisanos desde el aire.
Se entrenaron con varios tipos de aviones alemanes: Ju-88, Do-217, Me-109 y Me-110 (algunos de ellos, capturados durante la Guerra civil española), Juan Lario pilotó un Me-109, lo que le vino muy bien de cara al futuro.
Sin
embargo, la creciente amenaza alemana Moscú hizo que los pilotos españoles
fuesen destinados a la Iª Brigada Aérea Especial de Guardafronteras,
dependiente del NKVD. Pilotando cazas MiG-1 y Mig-3 participaron en la defensa
del área moscovita hasta mayo de 1942.
En
junio se incorporaron a diversas unidades de cazas y de cazabombarderos,
probando los nuevos MiG que podían llevar bajo las alas cohetes R-S Reaktiuni
Snariad, capaces de reventar un panzer.
Ejemplar de MiG-3
Del
Cáucaso a Stalingrado
Juan
Lario, fue uno de los pilotos enviados a Grozni, para unirse a la 105ª División
Aérea Táctica, bajo el mando de aviadores rusos que habían combatido en España.
Lario voló con un Yak-3 que le pareció de similares características que los
MIG, pero más ligero, con mayor maniobrabilidad y notable potencia de fuego. Su
misión era ayudar en la defensa de la zona petrolífera del Cáucaso y
Azerbaiyán.
Más
tarde se le encomendó el mando de una escuadrilla con al frente Noroeste, donde
arrancaba la ofensiva soviética de octubre de 1942. Pero la crítica situación
en Stalingrado paralizó dicho ataque y Juan Lario pasó a formar parte de la 105ª
División Aérea, en las proximidades de la ciudad del Volga.
Desde julio de 1943 la sucesión de frentes de guerra llevaron a Juan Larioa volar sobre varios campos de batalla, combatiendo en el gran choque de blindados del saliente de Kursk. Luego avanzó con su unidad a lo largo de Ucrania, participando en la reconquista de Kiev. Desde 1944 avanzó a través de Polonia, Lvov, Cracovia, Katowitz.
Tanques alemanes destruidos en Kursk
Fue
ascendido hasta el rango de Coronel de la Fuerza Aérea Soviética y condecorado con la Orden de la Bandera Roja,
la orden de la guerra patriótica (1ª y 2ª clase) y la Orden de la Estrella Roja
(dos veces).
Durante
la Gran Guerra Patria el valiente piloto había realizado 886 salidas de
combate, participó en 97 batallas, en las que derribó 35 aviones: 27 en persona
y ocho en grupo. Fue el piloto de caza más exitoso entre los españoles que
lucharon en el Ejército Rojo.
Como
explicó Pravda, Lario Sánchez Juan sirvió en la Fuerza Aérea Soviética hasta
1948, cuando todos los pilotos españoles fueron licenciados. Lario Sánchez se
casó con una rusa, María Lavrentieva. En enero de 1957 regresó a España con su
mujer y sus hijos. El Gobierno español concedió a Juan Lario Sánchez el título
de “Coronel honorario del Real Ejército del Aire”.
Su
libro “Habla un aviador de la República” (1973) tuvo un gran éxito al recuperar
una memoria histórica poco conocida.
Juan.
Lario Sánchez falleció en Alcalá de Henares el 24 de junio de 2000 a la edad de
82 años. Está enterrado en Madrid.
Harvey Kneeslapper (CC BY-SA 4.0)
Fuente:
https://es.rbth.com